DOMINGOS

Recuerdo que desde que tengo uso de razón, las tardes de domingo no me gustaban nada.

Cuando era más pequeña, el domingo era el único día que no veía a mis amigos. Claro, ya sabéis lo poco que me gusta estar en casa y no ver a nadie.

En la adolescencia, a veces veía a alguien, pero la regla general era estar en casa y acabar cosas para el día siguiente el colegio.

Cuando fui a la universidad, las motivaciones de los domingos eran bien distintas... Supongo que fue la única época en la que pude aguantarlos.

Ahora, que tengo un dejà vú de una época pasada, los domingos, sin lugar a dudas... son los peores días. Haces balance de la semana, piensas, escribes... Creo que ahora, tengo que buscar la tranquilidad del domingo para disfrutarlos. De momento, seguiré soñando...

...en un día cualquiera, como domingo cualquiera, rutina cualquiera, en una casa cualquiera, una persona cualquiera espera sentada...